Muchas personas experimentan excitación y placer sexual de formas atípicas
Han sido numerosos los intentos para definir las parafilias. Anteriormente, estas tenían un carácter muy negativo, utilizando palabras como desviación, depravación o perversión para hacer referencia a este tipo de conductas. Las definiciones se basaban en los conceptos de normalidad-anormalidad. Eran consideradas parafilias todas aquellas conductas que se salían del modelo establecido, es decir, el modelo heterosexual-genital-reproductivo. Con esto, la conducta homosexual, o conductas como el sexo anal u oral, eran consideradas parafilias dependiendo del lugar y la época.
Actualmente, las parafilias podrían definirse como “formas atípicas de experimentar placer sexual”. Esta definición posee un carácter más neutro.
Las parafilias, si las definimos como formas atípicas de experimentar placer sexual, no tienen nada de malo. Esta definición solo implica que no se trata de algo que haga la mayoría de la población. Lo negativo viene cuando la conducta sexual se convierte en algo obsesivo, fuera del control de uno mismo.
Por lo tanto, una parafilia necesitará tratamiento cuando se convierta en el centro de la vida de la persona que la sufre, le influya de forma negativa en su vida cotidiana, o implique a terceras personas sin su consentimiento.
El hecho de hacer daño a terceros o a uno mismo es razón suficiente para que una conducta no sea aceptada.
La imaginación no tiene límites y lo que a cada uno le produce excitación sexual tampoco. Las parafilias no tienen por qué ser negativas siempre que no impliquen nada malo a la persona o personas implicadas. Cada pareja puede disfrutar libremente su sexualidad con prácticas aceptadas por ambos. Del mismo modo, cada persona puede vivir su sexualidad propia como desee cuando no implique daño a sí mismo o a los demás.
El hecho de que exista una definición consensuada de parafilia es importante para que se pueda hablar de ellas con más exactitud, pero es muy difícil llegar a hacer una definición correcta, puesto que siempre habrá un componente subjetivo. Así pues, lo importante es cómo la parafilia afecta a la vida de la persona en sí, el estado subjetivo de malestar que le produce y los posibles daños a los demás.
Escrito por: Olga Gómez.
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