Para hablar de sexualidad responsable es imprescindible referirse en primer término a una Educación Sexual adecuada y efectiva. Una buena definición de ella es decir que la educación sexual consiste en la enseñanza tendiente a desarrollar la comprensión de los aspectos físico, mental, emocional, social, económico y sicológico de las relaciones humanas en la medida en que afecten a las relaciones entre hombre y mujer.
En la actualidad, la poca y deficiente educación sexual que reciben en general los niños se basa sólo en la cuestión anatómica (diferencias entre el varón y la mujer) y se habla de las relaciones sexuales sólo desde el punto de vista de la posibilidad de enfermar, entregándose extensos temas sobre protección y anticoncepción.
Por lo general, tanto los padres como los docentes y directivos de instituciones escolares, tienen muchos y muy fuertes tabúes sobre el tema de la sexualidad. La mayoría de las veces surge una negativa a permitir que los hijos reciban educación sexual de parte de profesionales de la educación.
Desde la perspectiva biológica, es claro que la sexualidad cumple una misión de supervivencia de la especie humana pretendiendo una única misión: reproducirse a sí misma de manera que nuevos individuos sustituyan a aquellos que mueran.
Se recomienda:
· Hable abiertamente del tema desde edades tempranas, siempre pensando en la capacidad del niño de entender lo que se está diciendo.
· Hable en términos sencillos, claros y manejables para la edad en que se encuentra el niño.
· Recuerde que somos seres sexuales, "tenemos el chip" que nos permite entender este tema, incluso desde lo instintivo, por lo tanto, mejor aun desde la razón.
· No permita que otros niños informen a su hijo sobre sexualidad, tan pronto detecte que esto esta pasando ofrézcale una explicación coherente y correcta.
· Permítase sentir cuál es la expectativa de la edad y, porque no, pregúntele a ellos sobre sus inquietudes al respecto.
· Hable sobre cada una de las funciones de la sexualidad
· No haga diferencias entre niños y niñas, todos tenemos los mismos derechos y deberes frente a la sexualidad.
· Recuerde su propio proceso aislando las razones sociales y culturales que lo rodeaban a usted, los tiempos cambian pero la sexualidad en el desarrollo humano no.
· No niegue que su hijo esta creciendo y que un día será un adulto, esto por más doloroso que parezca es la mejor actitud frente al crecimiento de ellos, con ello los valoramos en su proceso y les damos un lugar en donde desarrollarse en confianza.
De esta manera lograremos que los niños tengan información amorosa, respetuosa, adecuada al ambiente que lo rodea y a la edad en que se encuentra. Y podrán enfrentarse a la sexualidad genital de manera responsable y adecuada.