miércoles, 19 de enero de 2011

Las puertas del placer se abren a través de estímulos



Las puertas del placer no se abren de repente, sino con el ambiente, los besos, las caricias y el estímulo de las zonas erógenas.

El dicho "los pequeños y constantes detalles construyen las grandes cosas" es muy cierto en el terreno del erotismo. Para tener éxito en el sexo y en el amor, y no olvidar los pequeños detalles que hacen explotar todo el erotismo. Antes empezar los juegos preliminares, deben hacer algunos preparativos como crear un ambiente rico y usar hábilmente su psicología. 

El resultado puede ser el éxtasis de una sexualidad complementaria y llena de energía, armonía y vitalidad entre ustedes, satisfacción sexual mutua y perfecta. El acto amoroso es algo natural que ustedes puedan elevar a un arte físico y espiritual, capaz de ofrecerles satisfacciones muy poderosas y prolongadas, mejorar su salud y aumentar la duración de su vida. 

Para los psicoterapeutas autores del libro Éxtasis Sexual, existen herramientas sencillas y eficaces para desarrollar maestría en los preludios amorosos y alcanzar el éxtasis sexual y la intimidad emocional: 

Escenario: la oscuridad de la habitación, música escogida según sus gustos, alimentos y bebidas excitantes y otros detalles son importantes en el juego amoroso. 

Aspecto: el aspecto físico tanto tuyo como el de tu pareja es importante también a la hora de abrir las puertas del placer.

Conversación: es algo fundamental, nunca está demás mantener una conversación amena y divertida.

Besos: unan los labios húmedos en una primera ola del amor; de forma natural den paso a un beso profundo con las puntas de las lenguas entrando en contacto y entrelazándose.

Desnudos: intercambien algunos besos y caricias al momento de desnudarse y vayan descubriendo cuánto quieren intensificar el juego erótico.

Caricias: derróchense caricias por todo el cuerpo en forma de ligeras presiones, roces, succiones y mordiscos, reservando los genitales para más adelante. 

Zonas erógenas: Las partes más sensibles de él son el cuello, los pezones, el bajo vientre, cerca de los genitales, la parte interna de los muslos y las plantas de los pies. En la mujer las zonas que más despiertan deseo sexual son los párpados, las mejillas, las orejas, el cuello, las axilas, los senos, el vientre y las caderas. 

Estimulación genital: provóquense excitación del mismo modo que lo hace el otro al masturbarse, háganlo de forma progresiva, modificando las formas de estimularse y el ritmo. Las palabras son de gran ayuda para continuar esta corriente erótica, por lo tanto si detectas un bloqueo o inhibición en tu pareja, no dudes en preguntarle qué es lo que no va bien y qué quiere que hagas. Cuando la excitación haya crecido hasta hacer urgente la entrega del uno al otro, ha llegado el momento de la ansiada unión sexual.

Escrito por: Olga Gómez

No hay comentarios:

Publicar un comentario