Los observadores podían suponer que el matrimonio Martine Langley era feliz y completo. Su marido, Chris – sofisticado, mundano y 24 años mayor que ella – flirteaba con ella en público y se regodeaba de su esposa.
Sin embargo, la imagen pública de Chris no podría haber sido más equivocada. Cuando la audiencia se dispersaba, toda intimidad con su joven esposa cesaba. Aunque Martin intentó desesperadamente despertar la pasión de su marido, siempre fallaba. De hecho, durante su matrimonio de 16 años no han tenido sexo ni una sola vez.
“Chris y yo compartimos una cama. Sin embargo, nunca hemos consumado nuestro matrimonio”, dice Marta, de 52 años. ”Desplegaba una serie de excusas para evitar el contacto físico. Una noche tenía demasiado calor, la siguiente demasiado frío. Si no, era la televisión. Yo siempre me pregunté por qué no quería tener relaciones sexuales. Supuse que había algo mal en mí. Y juró que no estaba siendo infiel”, dijo a The Daily Mail.
Marta se casó con Chris, un padre divorciado de dos hijos adultos y un exitoso hombre de negocios cuando ella tenía 25 años.
“Lo intenté todo – técnicas de seducción, ropa interior provocativa, masajes – pero nada funcionó. Su rechazo me hizo sentir barata, sucia y humillada”.
Él era inteligente, también. Cuando Marta le desafió al respecto respondía: “No es el no tener sexo el problema. Es tu reacción al respecto”.
No es sorprendente que la frecuencia de relaciones sexuales disminuye en los matrimonios longevos. Lo que es sorprendente, sin embargo, es el número relativamente elevado de matrimonios en los que el sexo no cuenta en absoluto. ¿Puede este tipo de relaciones siempre ser feliz?
Paula Nicolson, profesora de psicología social en la Universidad de Londres, ha realizado investigaciones sobre la sexualidad de la mujer y los mitos que la impregnan. Ella señala: “Los matrimonios perduran por una multiplicidad de razones, muchas de ellas sin relación con el sexo”.
“Hay un montón de parejas que han estado juntos tal vez 25 o 30 años y que han decidido el sexo ya no es importante. Sin embargo, calculan que otras cosas – como el compañerismo, la seguridad, la familiaridad – son las razones para estar juntos. Y están dispuestos a sacrificar su vida sexual para ellos.
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